Al límite de su cumpleaños 50, los Premios Nacionales de Gastronomía se celebraron el 3 de octubre en un entorno único, el Museo de Arte Reina Sofía, hogar de Picasso, Dalí o Juan Gris. Y allí se dio cita lo más granado de otro arte, el culinario, para reconocerse entre ellos como directores cuando van al cine o escritores cuando leen.
El nuevo presidente de la Real Academia de Gastronomía (RAG) Luis Suárez de Lezo estrenaba su puesto en un escenario de luz verde e importancia nacional. En un entrañable discurso, reconoció su pasión por la gastronomía y dejó navegar a los presentes por su nostalgia, por su ilusión de niño de 13 años que descubre la cocina bien hecha. Eso sí, después de su intervención, dejó los focos a los verdaderos protagonistas de la noche, los premiados.
Premios Nacionales de gastronomía 2023
Premio nacional Talento joven
Desde Cangas de Onís, ese pueblo conocido por el precioso puente de la cruz colgada, se puede llegar fácilmente a los lagos de Covadonga y no negamos que sería una gran opción. Pero hay otra, quizá menos conocida, que merece la pena por motivos muy distintos: la quesería Uberdón, propiedad de José Luis Alonso (28 años). Este joven astur sigue los pasos de su abuelo, un pastor que supo inculcar los valores tradicionales de la zona en su familia. Con un proceso totalmente artesanal, su queso Gamonéu del Puertu se ha ganado un puesto entre los mejores del país.
Premio nacional Toda una vida en los Premios Nacionales de gastronomía
Esta categoría homenajea la carrera de fondo, el aguante a lo largo de los años en un mundo exigente como el de la hostelería. El premiado fue Hilario Arbelaitz, quien se retiró de las cocinas de Zuberoa, un restaurante mítico de la constelación vasca y el colmo de la familiaridad, pues significó la fiel reproducción y una experimentación llena de respeto sobre la forma de cocinar de la madre de Hilario. En las palabras del vasco se dilucidaban el dolor de la despedida y el orgullo del trabajo bien hecho.
Premio nacional Mejor sumiller
Que el perro es el mejor amigo del hombre solo lo puede discutir el vino. A la mesa, desde luego, nadie prefiere las suplicantes patas de una mascota en las rodillas a un maridaje de esos que te ponen la piel de gallina con imaginarlo. En un mundo tan ancho como el del vino, ser conocedor a fondo de sus secretos bien merece elogios y distinción, tales como le fueron entregados, cristalizados en un premio nacional, a Raúl Miguel Revilla, el jefe de sumilleres del mítico Zalacaín. ¿Os suena el nombre ya o tengo que seguir haciendo señales luminosas?
Premio nacional Mejor jefe de cocina
Millor, millor y millor. Por triplicado y en catalán hay que nombrar este año el galardón de Mejor jefe de cocina, puesto que el ganador fue este trío que se conoció en el Bulli, creció en Compartir y explotó en halagos y admiraciones en Disfrutar, medalla de plata en “The World´s 50 Best Restaurants” (“Los cincuenta mejores restaurantes del mundo” para los que no sepan inglés). Si algún día te proponen un trío, no contestes sí, contesta: Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas. No vas a comer mejor en otro sitio.
Premio nacional Mejor directora de sala
El premio al trabajo en la sombra, al mediocentro trabajador que no ocupa portadas, al tramoyista que consigue llevar la obra al siguiente nivel. Una profesión, directora de sala, que no suele ser la que copa las entrevistas o se lleva la estrella, pero que es fundamental. Sin su existencia no se puede entender la maravillosa vivencia que es ir a comer y recibir no solo un servicio, sino una experiencia. Y en esta labor, a veces ingrata, la mejor ha sido en 2023 una mujer que apostó por un modelo más terrenal, de cercanía al comensal: Sara Fort, la directora de sala de Paco Roncero.
Premio nacional Comunicación gastronómica
Un poquito más arriba hemos defendido el vino. Lejos, por supuesto, de la habilidad con la que lo ha defendido Amaya Cervera, que ha ondeado la bandera vinícola por territorios nacionales y extranjeros. Labor la suya que ha desembocado en este galardón, que premia el mejor proyecto de comunicación o difusión gastronómica. Ella se identifica como “periodista del vino” y está bien ese apellido, aunque para elogiarla bastaría con ese sustantivo que tan difícil es llevar con mérito: periodista.
Premio nacional Investigación e Innovación
Momento serio y profundo de la gala, con una reflexión visionaria de José López Miranda acerca de un mal que ataca nuestra sociedad como la peor de las pandemias: los ataques cardiovasculares. En esta sección se valoraba la capacidad para investigar e innovar dentro de la gastronomía a través del estudio Cordioprev en el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba. Para no perdernos en tecnicismos médicos, resumiremos el estudio que llevaron a cabo con una premisa más que interesante: la dieta mediterránea, regada con abundante aceite de oliva reduce el riesgo de padecer un episodio cardiovascular en pacientes que previamente ya los han sufrido. Para el que diga que la gastronomía no es importante.
Fin de fiesta y hacia los premios de Oro
Termina una carrera y comienza otra. La entrega de Premios Nacionales de Gastronomía número 50, que tendrá lugar en 2024, ya ha echado a andar. Mientras los más previsores, silenciosos, planificaban su año, el ambiente festivo se adueñó del Museo Reina Sofía durante un cóctel de fin de fiesta. No faltaron los elogios y las felicitaciones a los premiados. Todo ello, lo podéis imaginar, regado de vino y alegría, de cerveza y pasión, de jamón y proyectos, de quesos y dedicación. Un exquisito cáterin y la más absoluta de las devociones hacia la gastronomía. Me desharía la boca en agua diseccionando cada bocado que se nos ofreció a los asistentes, pero, amigos, eso sería otro artículo.
