Siempre es agradable recibir a amigos y familiares en casa. Si vas a organizar una comida o una cena, te preguntarás que tienes que hacer para ser un buen anfitrión. Puede que tengas dudas con algunos aspectos de la celebración. No pasa nada, aquí te dejamos una Guía para ser un buen anfitrión.
El éxito de todo anfitrión radica en la empatía con los invitados, la atención a los pequeños detalles y la generosidad y alegría para recibir en casa y disfrutar del momento.
Esta Guía la he creado para GOURMETEA, tienda online de productos artesanales gourmet procedentes de pequeños productores locales. Producciones a pequeña escala, realizadas con mimo y delicadeza, de forma consciente, sostenible y respetuosas con el medio ambiente que son capaces de provocar una explosión de sensaciones en nuestro paladar, trasladarnos a nuestra infancia, evocar los veranos en el pueblo, o revivir ese viaje donde comiste ese queso que se deshacía en la boca con una textura y un sabor sin igual.
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Prepara un espacio agradable para recibir en casa
Antes de empezar con los pormenores de la Guía del buen anfitrión, vamos a dar unas pincelas sobre cómo debe estar el espacio en el que vas a recibir a tus invitados, generalmente será el salón de tu casa.
En primer lugar, ventila el salón y límpialo muy bien, al igual que el resto de las estancias de la casa dónde sea previsible que pasen tus invitados. El baño principalmente y a alguna habitación a dejar los abrigos.
Si vais a ser muchos invitados y el espacio de tu casa te lo permite, saca algún mueble auxiliar del salón, para que haya más amplitud.
Genera un ambiente cálido y agradable con una buena temperatura y música de fondo que no distraiga ni impida la conversación. Opcionalmente puedes poner algún ambientador agradable y no invasivo que ayude a conformar un ambiente acogedor.
Qué tienes que hacer para ser un buen anfitrión
Pon la mesa con anticipación
Antes de que llegue el primer invitado la mesa debe estar montada totalmente con la mantelería, vajilla, cubertería, cristalería y servilletas. Utiliza tu mejor vajilla y las copas y vasos más bonitos que tengas para la mesa principal. Pon algún detalle decorativo, desde unas velas (bajitas si tienes poco espacio libre en la mesa) o altas, pero que no impidan la socialización ni el paso natural de platos y bandejas.
Ideas que puedes hacer tú mismo: cestas con frutos secos, rellenar un florero de cristal con manzanas o naranjas o poner alguna rama verde (si tienes acceso a un jardín o campo cercano).
EXTRA: pon el nombre de los invitados, en una pequeña tarjeta, apoyada sobre algún soporte o directamente en la servilleta. Es un detalle de personalización que agrada mucho a los invitados y que no lleva mucho tiempo preparar. Además, sabrán dónde se tienen que sentar lo que evitará algún revuelo y que alguien mal ubicado tenga que levantarse. Los extras son siempre un plus en cualquier Guía para ser un buen anfitrión.
Cómo se pone una mesa para recibir en casa
- Mantel: utiliza un mantel elegante, preferiblemente de tela blanca o colores neutros, que esté bien planchado y cuelgue de forma uniforme a los lados.
- Platos:
- Plato base (bajo): este plato decorativo no se utiliza para comer, pero se coloca debajo del plato principal para dar más elegancia.
- Plato principal: coloca el plato para la comida sobre el plato base.
- Plato hondo: se coloca encima del plato principal y es adecuado para ensaladas, sopas y cremas.
- Plato para pan: Colócalo a la izquierda, encima de los tenedores, con un cuchillo para mantequilla sobre él.
- Cubiertos:
- Tenedores: se colocan a la izquierda del plato, con las puntas hacia arriba colocados en el orden que se utilizará empezando por el exterior. Primero el tenedor de ensalada (si hubiera) después el principal y el último el de pescado.
- Cuchillos y cucharas: los cuchillos van a la derecha del plato, con la hoja mirando hacia el plato. Primero el principal y después la pala de pescado. Si sirves sopa o crema, la cuchara se coloca a la derecha del cuchillo del pescado.
- Cubiertos de postre: Se colocan arriba del plato, horizontalmente (el tenedor con los dientes hacia la derecha y la cuchara o cuchillo hacia la izquierda).
- Vasos y Copas:
- Coloca una copa/vaso de agua en la posición por encima del cuchillo.
- A la derecha de la copa/vaso de agua, coloca la copa de vino tinto y luego la de vino blanco.
- La copa de cava o champán se pone en segunda fila, detrás de la del agua y de la copa de vino tinto.
- Si tienes previsto servir un licor, la copa no se saca hasta el momento del café o del postre.
- Servilleta: se colocan en el lado izquierdo del plato o sobre este.
EXTRA: los cubiertos deben estar separados por igual y los vasos y copas alineados creando un conjunto armónico. Los cubiertos, platos y copas que debe haber en una mesa tienen que ser exactamente los que se vayan a usar. No pongas de más ni de menos. Sé riguroso con esto para que tus comensales disfruten completamente de la velada.
Toda Guía para ser un buen anfitrión debe insistir en la importancia de poner la mesa correctamente, uno de los aspectos que marca la diferencia.
Llegada de los invitados y recibimiento
Tienes 2 opciones dependiendo del sitio que tengas en casa:
- Si no quieres ocupar la mesa de comedor desde el inicio, lo mejor es preparar previamente un aperitivo en la mesa baja de centro. Solo necesitas una bandeja con un vaso/copa por invitado, unas cuantas servilletas y algunos platos, cuencos y tenedores. Prepara un aperitivo clásico con snacks, encurtidos, alguna conserva y un plato de ibéricos con picos de pan. Si no tienes una mesa baja, puedes dejarlo en un carrito auxiliar, o en algún pequeño mueble que puedas destinar a ese fin.
- Ocupar la mesa directamente. Tan natural como sentar a cada invitado en el sitio designado y hacer un pequeño aperitivo en la mesa hasta que lleguen todos y se sienten para iniciar la comida.
Aunque disponer de un espacio muy amplio es el sueño de cualquier persona que recibe en casa, con estos consejos de la Guía para ser un buen anfitrión organizarás una velada estupenda independientemente del tamaño de tu casa.
Cómo se usan los cubiertos y las copas
Ya tenemos a todos los invitados sentados a la mesa, pero os vamos a recordar cómo se utilizan los cubiertos y las copas correctamente. Solamente hay un truco utilizar los cubiertos siempre desde la parte exterior y hacia el interior y siempre siguiendo el orden de los platos que te sirvan.
Lo mismo pasa con las copas, se sirve primero la del agua, la exterior, luego la del vino blanco (si lo hubiere) y después la de tinto. Aquí es más fácil su uso, simplemente tienes que ir bebiendo las bebidas según las vayan sirviendo.
Preparar el menú
Toca entrar en materia, ponerse el delantal y confeccionar el menú. Hay que preparar un menú y bebidas acorde al tipo y gusto de los invitados. Ten en cuenta las intolerancias de tus invitados y las restricciones alimentarias por cuestiones de salud, filosofía o religión. Con todo esto en mente hay algunos tips para triunfar y forman parte de la Guía para ser un buen anfitrión:
- Empieza con un aperitivo sencillo y delicioso. Las tablas de ibéricos, quesos y foies siempre triunfan.
- No cocines nunca un plato por primera vez para tus invitados. Por el contrario, cocina el plato que mejor te salga y que te de seguridad.
- Recurre a recetas fáciles, que no ensucien mucho la cocina (deberás tenerla limpia antes de que lleguen). El horno será tu mejor aliado.
- No cocines algo que desprenda mucho olor.
- Evita hacer platos a la parrilla, tendrás que levantarte un buen rato de la mesa hasta que tengas todos listos.
- Cocina el día anterior todos los platos que puedas. Así ese día solo tendrás que calentar. Incluso hay muchas opciones de platos ya preparados, deliciosos, que te evitan pasar tiempo en la cocina.
Cómo servir los platos y la bebida
Llega el momento de sacar la comida y empezar a servir. Sirve los platos desde la izquierda y retíralos desde la derecha de los comensales. El vino y las bebidas se sirven, al contrario, por la derecha.
Ideas prácticas de la Guía para ser un buen anfitrión y que tu comida/cena resulte un éxito
Para que tu cena o comida sea un éxito, hemos desarrollado unas ideas prácticas que te van a venir muy bien: desde cómo se prepara una tabla de queso, a saber comprar el jamón ibérico; cómo acompañar el foie o el jamón de pato o cómo prepara un buen maridaje.
Cómo preparar la tabla de queso perfecta
Elige una variedad de quesos que abarquen distintos tipos de sabores, texturas y procedencias. Es recomendable incluir al menos 3-5 tipos de queso, pero si tienes más invitados, puedes ampliar la selección.
Incluye quesos de diferentes tipos de leche (vaca, cabra, oveja) para ofrecer mayor variedad. Elige quesos con distintos niveles de maduración: frescos, semi curados y curados, para abarcar distintos sabores.
Saca los quesos antes: para que los quesos ofrezcan su mejor sabor; sácalos del refrigerador entre 30 y 60 minutos antes de servirlos (pero pártelos solo antes de servirlos). Esto les permite alcanzar la temperatura ambiente, ideal para liberar sus aromas y texturas.
Recomendamos incluir estas variedades: un queso fresco, un queso de tetilla entre las variedades suaves. Un queso de pasta blanda, perfecto para untar. Un queso Cabrales, para disfrutar de su potencia y cremosidad. Ente los semicurados no puede faltar un Manchego semi. Nos gusta incluir siempre algún queso ahumado y terminar con un queso curado potente. En total hemos creado una tabla con 7 quesos que contrastan, sabor, curación, procedencia del animal, textura y zona geográfica.
Para acompañar el queso pon distintos tipos de pan, crackers o galletas saladas. Como frutas frescas elige uvas, higos o manzanas que aportan frescura y un toque dulce para los quesos curados. Las peras en rodajas van muy bien con los quesos azules o de cabra. Los frutos secos como las nueces, almendras, avellanas o pistachos ofrecen textura crujiente y sus sabores suaves se mezclan bien con cualquier tipo de queso.
Las mermeladas de higos o frutos rojos realzan los quesos curados y la miel combina a la perfección con los quesos de cabra. Las aceitunas negras o verdes ofrecen un contrapunto salado que funciona bien con quesos más suaves. Los pepinillos o cebollitas encurtidas aportan acidez, perfecta para contrastar con quesos grasos o muy cremosos.
Presentar una tabla de quesos
La presentación es clave para que tu tabla de quesos luzca atractiva. Sigue estos pasos para organizarla de manera visualmente llamativa y funcional. Usa una tabla de madera, pizarra o mármol. Asegúrate de que sea lo suficientemente grande para que los quesos y acompañamientos no se amontonen. Coloca los quesos de suaves a fuertes: empieza con los más suaves en un lado y termina con los más intensos en el otro. Esto ayuda a guiar el paladar en una experiencia progresiva. No trocees todo el queso: corta en cuñas o dados una parte del queso para facilitar que los invitados los prueben, pero deja el resto entero para la presentación. No cortes los quesos en pedazos demasiado pequeños con antelación, ya que podrían secarse. Corta lo justo para invitar a los comensales a empezar y deja que cada uno se sirva.
Dispón cuchillos especiales para queso para que ellos corten el trozo que se quieran comer. No mezcles los acompañamientos, sepáralos por tipos alrededor de los quesos y coloca los frutos secos, mermeladas y frutas frescas en pequeños cuencos.
Cómo diferenciar el jamón ibérico y saber comprarlo
Diferenciar el jamón ibérico y saber comprarlo es una garantía de llevar a casa un producto de calidad. Existen varios factores clave para identificar un buen jamón ibérico, desde la raza del cerdo hasta su alimentación y el proceso de curación.
Vamos a explicar detalladamente la clasificación del jamón ibérico en España. El primer aspecto es el NOMBRE que hace referencia al tipo de producto que vamos a comprar: jamón o paleta.
- El jamón procede de las patas traseras del animal y suele pesar entre 7 y 8,50 kg.
- La paleta procede de las patas delanteras del cerdo y suele pesar entre 4 y 5,50 kg.
Pasamos al PRIMER APELLIDO de la etiqueta. Hace referencia al tipo de alimentación que ha llevado el cerdo ibérico en su última fase de engorde: bellota, cebo de campo o cebo.
- Bellota: animales que han sido alimentados exclusivamente con bellota, hierba y otros recursos naturales de la dehesa dónde se han criado.
- Cebo de campo: animales que pueden ser criados en dos tipos de explotaciones; una y que es la mayoritaria, con los animales en superficies abiertas con parte cubierta y alimentados solo con pienso. La segunda con animales criados en dehesa en libertad comiendo hierba y pienso.
- Cebo: animales criados en granjas o explotaciones intensivas y alimentados exclusivamente por piensos.
El SEGUNDO APELLIDO de la etiqueta nos habla de la pureza de la raza.
- 100% ibérico: cerdos de raza 100% ibérica. Esto significa que ambos progenitores (macho y hembra) son ibéricos puros.
- 75% de pureza: crías de hembras de raza 100% ibérica y machos 50% raza ibérica.
- 50% de pureza. Crías de hembras de raza 100% ibérica y machos de raza 100% Duroc.
EXTRA: Ejemplo de etiquetado correcto del jamón ibérico
NOMBRE (jamón o paleta) + PRIMER APELLIDO (bellota, cebo de campo o cebo) + SEGUNDO APELLIDO (100% ibérico, 75% ibérico o 50% ibérico).
Como regla podéis recordar: Nombre + Alimentación + Ibérico + Raza
Ej.: Jamón de bellota ibérico 100% | Jamón de cebo de campo ibérico 100% | Paleta de cebo ibérico 50%.
Etiquetado del jamón ibérico
Para facilitar la identificación de la calidad del jamón ibérico, existe un sistema de etiquetado basado en precintos de colores. Mirando los precintos es muy fácil identificar la calidad de un jamón. Verifica el color del precinto para asegurarte el tipo de jamón que estás comprando.
- Precinto negro: alimentados con bellota con un 100% de pureza de raza ibérica.
- Precinto rojo: se alimentan de bellota, pero con menor pureza de raza: con un 50% o 75%.
- Precinto verde: de cebo de campo. Aquí la pureza de la raza puede ser de un 50%, un 75% o un 100%.
- Precinto blanco: de cebo. Aquí la pureza de la raza puede ser de un 50%, un 75% o un 100 %.
El aspecto físico del jamón nos da muchas pistas sobre su calidad. Un jamón ibérico tiene una capa de grasa exterior de color amarillento, que se retira antes de consumir. Esta grasa actúa como protector durante el proceso de curación.
Si vas a comprar jamón ibérico al corte o ya loncheado y envasado, fíjate en la grasa infiltrada en el magro. Esta infiltración le da su jugosidad y el marmoleado tan característico.
También es importante ver los meses de curación de un jamón ibérico. Si la curación ha sido larga tiene un sabor más desarrollado y una textura más firme. Es importante asegurarse de que el jamón haya tenido el tiempo adecuado de curación, ya que, si se acorta el proceso, el sabor y la textura pueden verse afectados. Generalmente los jamones de bellota ibéricos tienen un proceso de curación entre 24 y 36 meses o superior. Los jamones de cebo suelen curarse durante un mínimo de 18 meses.
Cómo preparar una tabla de ibéricos
Aquí tienes la guía completa para preparar una tabla de ibéricos, desde la selección de productos hasta los detalles de presentación para ser un buen anfitrión.
El corazón de una tabla de ibéricos está en la calidad de los productos que elijas. Asegúrate de incluir una variedad de embutidos para ofrecer diferentes sabores y texturas. Algunos de los clásicos ibéricos que no pueden faltar son el jamón ibérico. Opta por un jamón ibérico de bellota si es posible (el del precinto negro), ya que es el más apreciado por su sabor intenso y su textura suave. Si prefieres una opción más económica, el jamón ibérico de cebo (etiqueta verde) también es una excelente opción.
El lomo ibérico una pieza magra y sabrosa que se elabora con la parte superior del cerdo es imprescindible también en una tabla de ibéricos. Tiene un sabor delicado y ligeramente especiado. Completan la gama de productos ibéricos el chorizo Ibérico, que aporta un sabor más potente con un toque de pimentón. Es un embutido jugoso y muy apreciado. Por su parte el salchichón ibérico con su sabor más suave y aromático, gracias a su mezcla de pimienta negra y especias añade contraste a la tabla con su sabor más delicado que el chorizo.
Tanto el corte del jamón ibérico como el del lomo ha de ser fino, mientras que el chorizo y salchichón tienes que cortarlo en lonchas finas, pero lo suficientemente gruesas para mantener la textura y que no se deshaga la rodaja.
El mejor acompañamiento para los ibéricos es el pan y las tostas, desde los picos hasta la regañás, el pan de cristal, o las tostas crujientes y también el pan rústico o las chapatas.
Presentar una tabla de ibéricos
La presentación de una tabla de ibéricos es clave para crear una experiencia atractiva y apetecible. Utiliza una tabla de madera, de pizarra o una bandeja grande de color claro. Coloca los embutidos en secciones separadas (en bandas). Por ejemplo, pon el jamón ibérico en un extremo de la tabla, seguido del lomo ibérico, y en el otro extremo, el chorizo y el salchichón. Puedes disponer los embutidos en forma de abanico o en círculo si la bandeja es redonda. Coloca el pan fresco en cuencos y los picos y regañás, si quieres, puedes ponerlos directamente sobre los embutidos.
Cómo acompañar el foie y el jamón de pato
Ambos son productos gourmet con un perfil graso y sabroso, por lo que es esencial elegir acompañamientos que aporten contraste en texturas, sabores y temperaturas para lograr una experiencia equilibrada. Son productos a los que hay que dedicar más atención y no pueden faltar en la Guía para ser un buen anfitrión.
Acompañamientos para el foie
El foie, ya sea micuit, foie gras o paté, se caracteriza por su untuosidad, sabor intenso y ligeramente dulce. Los mejores acompañamientos para el foie suelen jugar con contrastes entre dulce y salado, ácido y graso.
La primera elección es acompañarlo de un pan adecuado como el brioche. Los panes ligeramente dulces y suaves complementan el foie, resaltando su riqueza sin competir con él. Si prefieres algo más crujiente y neutro las tostas de pan rústico o las baguettes son una excelente opción. También puedes utilizar pan con frutos secos o pasas para un toque extra.
Otros acompañamientos que resaltan su sabor son las frutas frescas, como las uvas y pera que son ligeras y refrescantes, los higos frescos o confitados que combinan de manera excelente con la cremosidad del foie, creando una armonía de sabores o incluso las manzanas asadas que aportan un toque ácido que equilibra la grasa del foie. Las mermeladas de frutos rojos o cebolla caramelizada con sabores dulces y ligeramente ácidos contrastan muy bien con el foie.
Los frutos secos como avellanas y pistachos aportan un toque crujiente que contrasta con la textura del foie, además de añadir sabores tostados que lo complementan. Por último, las reducciones y salsas dulces funcionan muy bien con el foie, como la reducción de Pedro Ximénez o el vino de Oporto que aportan una profundidad de sabor que resalta la intensidad del foie.
Acompañamientos para el jamón de pato
El jamón de pato tiene un sabor más intenso y menos graso que el foie, con una textura firme pero tierna. Es importante acompañarlo con ingredientes que resalten su perfil ahumado y su carácter salado sin sobrecargar el paladar.
Las frutas y encurtidos funcionan muy bien. El melón con su jugosidad y dulzura es un clásico con este tipo de embutidos y combina perfectamente con el jamón de pato. Los higos aportan un dulzor más intenso y una textura diferente. El dulce de membrillo crea un contraste equilibrado con el jamón de pato, potenciando su sabor salado y ahumado y los encurtidos como pepinillos y alcaparras aportan un toque ácido que corta la salinidad del jamón y equilibra su grasa.
Crear deliciosas ensaladas es otro modo de realzar el jamón de pato. La ensalada de brotes tiernos con frutos secos y queso de cabra es perfecta. El frescor de los brotes, junto con el crujiente de los frutos secos y la cremosidad del queso de cabra, combina a la perfección con el jamón de pato. La rúcula con peras y nueces es otra opción ganadora: la ligera amargura de la rúcula y la dulzura de las peras forman un excelente contraste con el jamón de pato.
Una base de pan crujiente puede ser otra opción para disfrutar del jamón de pato. Y para terminar con una opción clásica, rociar el producto con un aceite de oliva virgen extra que potencia su sabor natural.
Cómo preparar un aperitivo con conservas
Las conservas son un gran aliado para preparar aperitivos de manera rápida y sin complicaciones, manteniendo siempre un sabor delicioso y auténtico. Son ideales para disfrutar de un picoteo sabroso y variado. Hay conservas de todo tipo, de mariscos, de pescado, de vegetales, en crema, untables, etc. Además, al estar conservadas en aceite, escabeche o salmuera, mantienen la frescura y sabor original, ofreciendo una opción gourmet al alcance de todos.
Las conservas son la opción perfecta para preparar aperitivos de manera rápida y sin complicaciones, manteniendo siempre un sabor delicioso y auténtico. Son ideales para disfrutar de un picoteo sabroso y variado. Hay conservas de todo tipo, de mariscos, de pescado, de vegetales, en crema, untables, etc. Además, al estar conservadas al natural, en aceite, escabeche o salmuera, mantienen la frescura y sabor original, ofreciendo una opción gourmet al alcance de todos.
Desde unas anchoas, que puedes servir sobre un pan brioche tostado en mantequilla hasta unos berberechos con unas gotas de limón o unos mejillones de calibre grueso que son una delicia. La elección de unas buenas conservas es clave y no pueden faltar en la Guía para ser un buen anfitrión. Siempre puedes combinarlas con ingredientes frescos y sencillos como tostas de pan, patatas fritas, verduras frescas o simplemente degustarlas en su presentación original.
Cómo elegir un vino para acompañar estas viandas
Elegir el vino adecuado puede parecer un desafío, pero con algunos consejos básicos, puedes realzar el sabor de cada uno de estos productos gourmet. La clave está en encontrar el equilibrio entre los sabores intensos de los embutidos, el frescor o la salinidad de las conservas y la variedad de texturas y potencias de los quesos, con las características del vino que escojas. La elección del vino es clave en una Guía para ser un buen anfitrión.
La primera norma es que no hay normas. Ya no hay maridajes ortodoxos. No es obligatorio el blanco para el pescado y el tinto para la carne. Hay que buscar variedades, crianzas, tipos de uvas, denominaciones de origen, no solo fijarse en si el vino es blanco o tinto.
- Para ibéricos como el jamón o el lomo los vinos tintos más jóvenes de Rioja o Ribera del Duero, potencian mucho su sabor delicado y salino, sin embargo el chorizo, el salchichón ibérico y los embutidos de caza, piden un tinto reserva.
- Los quesos suaves armonizan muy bien con vinos blancos frescos y afrutados, como el Albariño y el vino de Rueda, que aportan frescura y realzan los sabores lácticos y sutiles del queso. Los quesos semicurados como un manchego joven o el queso de tetilla quedan perfectos con un tinto joven o un rosado. Los quesos curados o azules: requieren vinos más potentes. Un tinto reserva con taninos suaves empareja a la perfección con la intensidad y la salinidad de estos quesos.
- Para el jamón de pato utiliza un maridaje con un tinto suave de Ribeira Sacra, de la variedad Mencía. El foie se disfruta mucho con un vino afrutado, con notas florales como el Godello D.O. Monterrei y algún vino de la D.O. Rías Baixas.
- Las conservas, especialmente de pescados y mariscos, tienen sabores muy marcados, con notas salinas, ácidas o ahumadas. Los vinos blancos jóvenes con buena acidez, como un Albariño o el Verdejo, armonizan perfectamente, gracias a sus notas cítricas y frescas.
Con esta Guía para ser un buen anfitrión, vas a organizar unas cenas y comidas especiales, armoniosas y llenas de buenos momentos. Con GOURMETEA serás el mejor anfitrión.
