El grupo Macao ha demostrado experiencia en saber hilar sabores del mundo. En cada uno de sus cuatro restaurantes anteriores se encontraban gastronomías mundiales y regalaban lo mejor de cada casa para la creación de un crisol gustativo espectacular. Y la última apertura, Maison Macao, el quinto Beatle de la comida china en Madrid, no desmerece a sus predecesores.
Nace con un ideal ambicioso: combinar las recetas más ancestrales de origen asiático con un concepto españolísimo como son las tapas. Algo que se experimenta en Macao Príncipe y que Maison Macao pretende llevar a un nuevo nivel. Del barrio de Las Tablas al centro de la capital, el dragón está abriendo las alas.
El chef con estrella Michelin, Andrés Madrigal, ha trabajado junto con el chef ejecutivo Jorge Rodríguez Cotrina en el diseño de una experiencia gastronómica fusionando diversas influencias culinarias en cada plato.
La llegada del dragón de Maison Macao
Maison Macao es tan nuevo que no tiene ni cartel. Y verás a la gente buscarlo, deambular por la calle Preciados sin rendir su búsqueda, porque les han dicho. Les han contado. Hay rumores de ese nuevo restaurante chino–madrileño, chino de origen, madrileño de nacimiento, que está deslumbrando paladares.
Tranquilo todo el mundo, que os vamos a contar el truco. Por el momento, la parte baja de Maison Macao es una taberna al más puro estilo castizo que sirve de entrada a otro mundo. Como el armario de Narnia. De un instante al otro, escaleras mediante, pasas de un bar típico del centro de Madrid, con su cañita y su tapa, a la elegancia imperial de unas paredes palaciegas repletas de arte, a la magnificencia de nobles lámparas colgantes y salones acogedores de tonos burdeos. Todo esto ocurre, repito, en la celebérrima calle Preciados.
Un mazo de carta
Encontramos el primer problema al leer la carta. ¿Cómo vas a elegir entre tan numerosos manjares? Porque estamos ante una oferta extensa, no, extensísima de esos platos que te hacen salivar desde el nombre. Como la idea emula las tapas, los platos no son abundantes, así que al menos tendrás el alivio de poder escoger varios.
Casi todo se divide en base a la influencia que recibe. De esta manera, encontramos sección de influencia indothai con el clásico pollo tikka masala o un nem vietnamita; otra de influencia nikkei con mucha presencia de alimentos no cocinados como el ceviche o el tiradito. La influencia japo–ibérica trae gyozas de crema de chistorra o unas bravas cuya sorpresa es el kimchi; y por última la joya de la casa, la fusión íbero–china, en el que vamos a entrar en profundidad.
Además de estas fusiones dignas de Dragon Ball, presenta una imperdible selección de makis, nigiris y rolls de sushi. Porque el sushi es chino en origen. Si me sigues, ya lo sabías, porque con Sergito te diviertes y aprendes. Si es el primer artículo mío que lees, es un dato que me encanta ofrecer, porque al descubrirlo estaba tan confundido como tú ahora. Puedes ir a Google, no me ofende, yo hice exactamente lo mismo.
En nuestras propias bocas
Maison Macao tiene algunos manjares por descubrir. En Gastroactivity no nos gusta hablar de boquilla, así que nos acercamos a comprobar si era oro todo lo que relucía. Casi todo lo fue. Ya nos sacrificamos nosotros para que tú, amable lector, vayas sobre terreno firme.
Aparte de que la decoración merecería un artículo de diseño de interior, lo primero que llamó nuestra atención fue el Ceviche. Suele ser un buen medidor para este tipo de propuestas, si engloban la cultura nikkei. En Maison Macao el ceviche aprueba, no lo tildaría como el mejor de Madrid, pero mantiene el tipo y cumple las expectativas de este plato que, por lo menos para mí, son siempre altas.
Más sorprendentes resultaron el Brioche de pato, potenciado por el toque picante de la mayonesa, y el taco, porque sí, México también estaba invitado a esta fiesta gastronómica internacional. El que probamos difería sustancialmente del que se ofrece en carta, ya que incluía camarón o gamba en lugar de pulled pork. Intuyo que la sinfonía de sabores en el paladar no pierde su melodía.
A lo que vamos
Prometí que nos detendríamos en esa amistad íbero–china que pretende ser bandera de la casa. De esta unión florece el Torrezno cantonés, con un corte que no defraudaría a un soriano, aunque quizá a los más puristas les duela el corazoncito al probar la salsa que los recubre, de inspiración innegablemente asiática. Es terrorismo contra la tradición, al tiempo que es una delicia casi imaginaria para el paladar. Contradicciones del siglo XXI.
Como siempre, dejo para el final la traca de año nuevo: Fideuá japo–valenciana y Carrillera al curry thai. De nuevo, nuestros lectores más puristas se habrán llevado las manos a la cabeza. Pues que me perdonen, pero olé, olé y arigato por la propuesta. La salsa misteriosa que corona los fideos los compacta y el picante tonifica el sabor marítimo del plato. Y la Carrillera, por favor. Se puede comer con cuchara. If you know what I mean. Personalmente, mi favorito. De esos platos que no se pueden explicar en palabras, ni en foto, de los que hay que oler y tocar y saborear y guardarlos a salvo en nuestra memoria gastronómica. De los platos que hacen volver a un sitio.
Tenéis una cita en Maison Macao
Listo, eso fue todo. No quiero recordar la cremosidad obscena de la Tarta tres leches, porque me pongo a llorar. Quiero ir terminando el artículo, seguro que tenéis cosas que hacer como, por ejemplo, caminar la calle Preciados, buscar el Maison Macao, perderos, acordaros de la taberna en el número 33 bajo un cartel rojo, dejaros llevar por la confluencia cultural y la experimentación, escuchar un precioso acento madrileño (de la jota fuerte y el “mazo” constante) bajo unos ojos rasgados, y disfrutar la experiencia.
MAISON MACAO
Dirección: Calle Preciados, 33. Madrid
Teléfono: 910 827 779
Precio medio por persona: 40€