El lujoso restaurante Lhardy, fundado por el francés Emilio Huguenin “Lhardy” en 1839, es uno de los restaurantes más emblemáticos de Madrid. Desde hace pocos años, el 2021, pertenece al Grupo Pescaderías Coruñesas que lo salvó de la quiebra, comprando el restaurante y todo el edificio.
Lhardy y Pescaderías Coruñesas dos empresas históricas de Madrid, ahora han unido sus caminos para revitalizar este primer restaurante de la capital. Hablamos de restaurante con el concepto que tenemos ahora, no una casa de comidas; que ahí está Botín desde 1725.
[Aquí puedes ver el Vídeo de la visita a Lhardy]
Un poco de historia
Por las mesas de Lhardy, han pasado -y siguen pasando- políticos, intelectuales, artistas y empresarios. El refinamiento de su cocina y en el servicio esmerado impactó desde su apertura en la alta sociedad madrileña. Por allí pasaron el marqués de Salamanca, una joven Isabel II durante la regencia de su madre María Cristina. Luego su hijo, Alfonso XII que se reunía allí el duque de Sesto y un largo listado de intelectuales y escritores, entre ellos Francisco Umbral.
Después de la compra por parte de Pescaderías Coruñesas, que mantuvo todo el personal y someterlo a una reforma para darle el brillo de antaño, volvió a abrir su puertas en 2021. Ha manteniendo muchos de sus platos afrancesados y ha añadiendo algún pescado nuevo.
El local es espectacular con la fachada de caoba desde la que se entra a la tienda pastelería, -origen del negocio- que luego amplió a restaurante, con un surtido de platos dulces y salados deliciosos, a la que puedes ir a hacer un picoteo.
En la primera planta están los comedores y salones privados cargados de historia, con piezas de decoración, algunas únicas en el mundo, como la lámpara japonesa. Cristales de bohemia, espejos, repujados, un viaje al pasado, pero con la esencia actual. Buena parte del menaje junto con la cubertería es de plata.
Platos clásicos de Lhardy
Si es la primera vez que visitas el restaurante y quieres acercarte a su historia debes probar los platos clásicos de Lhardy, esos que se han servido durante generaciones.
Empezamos por el Consomé, que sirven de aperitivo en un vasito antes de arrancar la comida. Nos hemos dejado aconsejar para probar esos platos clásicos como la Croqueta de cocido, que está estupenda.
El Paté en croute (en costra) es otro plato espectacular que hay que pedir siempre. Te sacan la pieza entera a la mesa y luego parten una rebanada por comensal.
Es una receta francesa, deliciosa muy poco frecuente en las cartas. Algunos restaurantes lo preparan en Navidad como algo excepcional.
Los Callos de Lhardy considerados unos de los mejores de Madrid, han llegado a nuestra mesa en un pequeño cuenco -porque solo queríamos probarlos- pero la ración, como todas allí son generosas. Fama merecida para unos callos melosos y muy bien cocinados.
Uno de los platos más reconocidos y de los pocos sitios de Madrid que está siempre en carta es el Solomillo Wellington, que preparan en piezas grandes o en raciones para dos personas y que cortan en la mesa y lo sirven con unas deliciosas patatas fritas inglesas. La filosofía de Lhardy en esta nueva etapa es la de trabajar con el mejor producto y este solomillo es prueba de ello. Muy jugoso y perfecto de punto.
El Pato canetón a la naranja es otro de los platos más clásicos de este restaurante que pertenece a la Asociación de Restaurantes y Tabernas Centenarios de Madrid (RCM). Cortan los lomos y lo emplatan a la vista, en el centro del comedor. La piel del pato está crujiente y la carne muy tierna.
El mejor postre de Madrid
El postre en Lhardy no se discute. Sea lo que sea que hayas comido el Soufflé va a ser siempre el final dulce que el pase merece. Es el mejor que hayáis probado nunca y trajo la receta desde Francia su fundador. Tres deliciosas capas de bizcocho borracho, helado de vainilla y merengue que flambean en la mesa (en el vídeo lo podéis ver, al igual que el resto de los platos).
La carta de vinos en Lhardy
Han recuperado el mismo formato de carta mítica de vinos de los años 30 y 40 en la que ya aparecían Château Margaux y Château Lafite. Han añadido más referencias internacionales y añadas antiguas de vinos nacionales.
Han embotellado sus propios vinos de Jerez, como olorosos, que hemos tomado en la comida y el Pedro Ximénez de postre, cosa que hacían en los primeros tiempos del restaurante. Han recuperado esa tradición. Además, han establecido un acuerdo con Marqués de Murrieta para que embotelle un vino en exclusiva para ellos, ya que fue uno de los primeros proveedores del restaurante.
En definitiva, un restaurante cargado de historia con excelente producto y grandes vinos al que has de venir, al menos una vez en la vida. Te va a encantar.
Cuenta con un gran servicio de sala, además de menaje y cubiertos de plata y la cocina no cierra en todo el día. Su plato más conocido y el más caro de España es el cocido, que iremos a probar otro día. Lo sirven a cualquier hora y como nos contó la jefa de sala, muchos clientes y turistas, se bajan del avión y sin pasar por el hotel, se acercan a comer un cocido a Lhardy. Eso es poderío y saber hacer.
LHARDY
Dirección: Carrera de San Jerónimo, 8. Madrid
Teléfono: 915 213 385
Precio medio por persona: 80€