Casi todos asociamos el consumo de carne de cordero a las comidas festivas, o a disfrutarlo en un asador. Sobre todo en las provincias castellanas, y qué rico está. Yo que soy segoviana, soy una amante del cordero asado. Carne que llevo consumiendo desde mi infancia, pero la estacionalidad en su consumo, la forma de cocinarlo, -la mayor parte de las veces asado-, el cambio de hábitos de los consumidores, y la dificultad para comprar porciones pequeñas de cordero, -en las carnicerías te venden casi la canal entera o piezas muy grandes- ha hecho que disminuya el consumo de carne de cordero en un 40% de descenso acumulado, en los últimos años.